Quién gana y quién pierde con la salida de Estados Unidos del TPP, el acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica
- 24 enero 2017
"Lo que acabamos de hacer es una gran cosa para los trabajadores estadounidenses".
Eso dijo este lunes el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tras firmar la orden ejecutiva mediante la cual retiraba a su país del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés).
La decisión puso fin a la participación de EE.UU. en un ambicioso tratado comercial cuya creación fue impulsada durante siete años por el gobierno del expresidente Barack Obama.
Con Estados Unidos, el TPP reunía en su seno a 12 países que juntos representaban en torno al 40% del PIB mundial y un mercado de 800 millones de habitantes.
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En el acuerdo participaron además tres países latinoamericanos (México, Perú y Chile), junto a Canadá y a siete naciones de Asia Pacífico: Australia, Japón, Malasia, Vietnam, Brunei, Singapur y Nueva Zelanda.
Durante la campaña presidencial pasada, Trump incluyó la retirada de EE.UU. del TPP dentro de las medidas que aplicaría en sus primeros 100 días de gobierno, pues consideraba que este tipo de tratados comerciales son lesivos para los intereses de los trabajadores estadounidenses.
Pero, ¿cómo afecta esta decisión al TPP y al resto de países miembros de este acuerdo?
Futuro incierto
La retirada de Estados Unidos del TPP deja el acuerdo en territorio desconocido.
"No está claro lo que ocurrirá alrededor del mundo. Varios de los otros 11 países miembros tienen la intención de seguir adelante y establecer un acuerdo entre ellos", dijo Peter A. Petri, profesor de Finanzas Internacionales en la Escuela Internacional de Negocios Brandeis, en entrevista con BBC Mundo.
El experto destacó que para avanzar se requeriría, de entrada, un cambio en la redacción del texto actual pues este exige que para su entrada en vigor el acuerdo debe ser ratificado por un mínimo de 6 países que representen el 85% del PIB combinado de todos los miembros.
Dado que EE.UU. por si solo representa el 57% del PIB de las naciones del TPP, esa ratificación no sería posible sin su participación.
Petri considera, sin embargo, que no sería difícil para los demás miembros cambiar el texto para modificar eso y hacerlo funcionar sin EE.UU.
Indicó que países como Japón y Nueva Zelanda ya lo ratificaron y han manifestado su interés en seguir adelante.
Otros expertos, sin embargo, no son tan optimistas sobre las posibilidades futuras del acuerdo.
"El anuncio del presidente Trump significa claramente el fin del TPP. La retirada de Estados Unidos va a matar el acuerdo en su forma actual", dijo a BBC Mundo Edward Alden, investigador Consejo de Relaciones Exteriores, con base en Nueva York.
"Es posible que los 11 países restantes puedan intentar juntarse y renegociar el acuerdo sin EE.UU., pero es muy poco probable. El TPP está muerto", agregó el experto.
Alden resaltó que para muchos países el principal incentivo para participar en el TPP era acceder al mercado estadounidense, pero que ahora esa motivación ya no existe.
El TPP bajo otras formas
Pero los frutos de los siete años de negociaciones no están necesariamente condenados a perderse.
Según señaló Petri, el TPP representa un gran avance en comparación con las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), cuya última actualización completa se produjo en 1994.
"El TPP es varias cosas: crea un mejor acceso para que las economías asiáticas comercien entre ellas o para que Japón venda sus productos en México y viceversa. Es cierto que el premio mayor era el acceso al mercado estadounidense, pero hay más cosas. Por eso ahora se discute sobre la posibilidad de que haya países que sigan adelante con el TPP sin Estados Unidos", dijo.
Acuerdos bilaterales
Petri también vislumbra la posibilidad de que el conjunto de normas acordadas dentro del TPP sean ahora volcadas en tratados bilaterales de comercio entre los países que participaron en la negociación.
"No hay otros acuerdos que sean tan sofisticados como es el TPP ahora. Estoy seguro de que el contenido y las reglas que se negociaron serán usados por los países para hacer acuerdos bilaterales. Tiene sentido para las naciones asiáticas y para algunas economías latinoamericanas adaptar este acuerdo para ayudarse en su integración.", agregó el experto.
Ese parece ser hasta ahora el camino que adoptarán los tres países latinoamericanos signatarios del TPP.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, anunció este lunes que su país buscará firmar inmediatamente acuerdos bilaterales con los países firmantes del TPP.
Una decisión similar fue hecha por el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Heraldo Muñoz, quien señaló que con ese objetivo ya se han pautado encuentros con otros miembros del TPP, así como con China y Corea del Sur.
En diciembre pasado, el ministro de Comercio Exterior de Perú, Eduardo Ferreyros, ya había adelantado que su país acudiría a la fórmula de negociaciones bilaterales en caso de que el TPP no avanzara.
"Si no se da el TPP en el corto plazo, se podría tener una negociación bilateral con Australia así como Nueva Zelanda y Malasia. Con Nueva Zelanda estuvimos dialogando para ver si negociábamos en el bloque de la Alianza del Pacífico, lo que se configura como otro escenario interesante", dijo Ferreyros en una entrevista con el diario El Comercio.
Ganadores y perdedores
Pero, ¿acaso la ausencia del TPP favorece a algunos de los países firmantes del acuerdo?
Edward Alden considera que no.
"No creo que ningún país se beneficie de la ausencia de Estados Unidos. El principal atractivo del TPP para la mayor parte de los restantes 11 miembros eran las oportunidades de comercio adicionales que se abrían con Estados Unidos, que sigue siendo la mayor economía en el mundo", señaló.
Petri dijo que dado que sin EE.UU. las ganancias del TPP serán menores, es difícil determinar quiénes podrían ser los mayores beneficiarios ahora, en caso de que el acuerdo siga adelante.
"Pero habrá algunos. Por ejemplo, para las empresas automotrices de Japón es una ventaja tener acceso al mercado de Malasia y para los fabricantes de ropa de Vietnam resulta muy positivo poder exportar a Japón", dijo.
Puesto a buscar perdedores, Petri apuntó a Japón y Vietnam. "Probablemente, esos dos países son los que más perderán. Ellos tienen unas relaciones comerciales muy fuertes con Estados Unidos que iban a ser fortalecidas con el acuerdo".
Las pérdidas también se pueden hallar en las oportunidades no aprovechadas.
Un estudio del Banco Mundial sobre el TPP, publicado en enero de 2016, preveía que Vietnam y Malasia eran los países que más se iban a beneficiar del acuerdo, con aumentos de su PIB de 10% y 8% respectivamente para el año 2030.
El principal atractivo del TPP para la mayor parte de los restantes 11 miembros eran las oportunidades de comercio adicionales que se abrían con Estados Unidos"
Ese mismo estudio señalaba que los beneficios del acuerdo para países como Canadá y México, que ya tienen amplio acceso al mercado de Estados Unidos, iban a ser menores y que, en el caso concreto de México, se reducían aún más por el incremento de la competencia derivado de la reducción de impuestos de aduana en Estados Unidos para otros países miembros del TPP.
China celebra
Un estudio del Instituto Peterson sobre Economía Internacional, publicado hace un año, resumía el impacto del TPP en la economía estadounidense en un incremento del 0,5% del PIB y muy pocas variaciones en el mercado laboral.
Alden, sin embargo, consideró que al retirarse del tratado no habrá un efecto real en la economía de Estados Unidos.
"El acuerdo nunca fue ratificado. Sus reglas nunca llegaron a estar vigentes, por lo que matar al TPP no cambia nada. Se trata, principalmente, de una oportunidad perdida y del futuro", dijo.
"Creo que será negativo para Estados Unidos en el largo plazo, pero no en el corto plazo", concluyó.
La editora de la BBC para China, Carrie Gracie, señala que no hay duda "del regocijo que debe estar experimentando el gobierno chino luego de que Trump retirara a su país del TPP, acuerdo en el que Pekín no participa.
Según Gracie, durante años China escuchó decir a la administración del demócrata Barack Obama que el acuerdo era una manera de formalizar el liderazgo estadounidense en Asia.
Ahora , señala Gracie, Pekín animará a los gobiernos asiáticos a comparar la fiabilidad de las promesas chinas y la de las estadounidenses.
Estados Unidos es un poder en Asia cuando quiere, pero China es el poder que permanece, dirá Pekín.
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