Duterte anima a consumir drogas a los sacerdotes y obispos que se oponen a su campaña antinarcóticos
La Iglesia Católica ha presentado una fuerte oposición a la política extrema del presidente de Filipinas
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, llamó «hipócritas» e instó a consumir droga a los sacerdotes y obispos que se oponen a su campaña antinarcóticos en la que han muerto más de 6.200 personas desde el pasado junio.
«Algunos sacerdotes deberían consumir shabú para entenderla (la guerra contra las drogas). También se lo recomiendo a uno o dos obispos», expresó Duterte en referencia a la metanfetamina más consumida en el país, reporta hoy la cadena ABS-CBN
El mandatario argumentó en un discurso pronunciado la víspera que «la Iglesia sabe que (el problema de las drogas) es peor, y aún así mantiene que no son buenas las ejecuciones extrajudiciales», en línea con su idea de que la drogadicción amenaza el futuro de las nuevas generaciones y hay que acabar con ella a cualquier precio.
Según Epa, agencia participada por Efe, varios presuntos drogadictos o narcotraficantes perdieron la vida en Manila en la madrugada del jueves a manos de la policía o patrullas vecinales en el marco de la «guerra contra las drogas» promovida por el presidente.
La Iglesia Católica ha presentado una fuerte oposición a esta política extrema de Duterte desde los púlpitos y a través de otras campañas como el despliegue de carteles de protesta en las parroquias.
Duterte, quien fue alcalde de la ciudad sureña de Davao, donde adquirió fama por su dureza contra el crimen y por su incontinencia verbal, criticó en su discurso la «hipocresía» y «pretensión» de la Iglesia Católica en Filipinas.
«No tienen shabú, pero tienen esposas. Somos iguales. Incluso los curas en Davao; cada uno de ellos tiene dos o tres esposas», afirmó Duterte en tono sarcástico entre risas del público que asistía al acto.
Su ataque contra la Iglesia filipina llega un día después de que el líder filipino enviara una carta de agradecimiento al Papa Francisco por su visita al país en enero de 2015.
La misiva de Duterte, que tras aquella visita llamó «hijo de puta» al Pontífice por haber contribuido a alterar el tráfico durante su estancia, fue entregada ayer en Roma por un representante oficial del Gobierno de Manila.
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